Junto a la nueva caldera de vapor, se ha instalado un nuevo sistema de tratamiento de olores en la planta de Lleida. Se trata de un oxidor regenerativo, el diseño y las características del cual (celdas cerámicas) permiten mantener una temperatura superior a los 1.000 °C, consiguiendo una mayor oxidación de los compuestos orgánicos volátiles causantes de los malos olores.

El uso de la tecnología cerámica permite acumular el calor para sus adentros y, por lo tanto, el consumo de gas necesario para mantener la temperatura de trabajo es mínimo respecto de otras tecnologías existentes.